Hoy mientras caminaba yendo al trabajo me ocurrieron algunos hechos que en la suma cambiaron mi estado de ánimo.
Llovía a cántaros y se me rompió el frágil paragüas made in china, así que lo que quedaron de las 6 cuadras hasta mi trabajo me empapé completamente.
También se me rompió la tira de mi cartera bandolera, y se me cayó al suelo mojándose y para llevarla tuve que hacerlo abrazándola cual bebé.
Pero al llegar a mi trabajo, pude colgar la campera y sacarme las zapatillas, quedándome sólo con el pantalón y las medias esperando que el calor de la casa los secara, cosa que así fue.
Al irme estaba seca y no llovía. Igual me habían prestado un paragüas por las dudas.
Mi ánimo cambió totalmente de mojada a seca, de salir con lluvia a salir con sol.
Y volvió a cambiar cuando recibí el mensaje de una señora compañera de yoga, de que no iba a concurrir a clases porque su sobrino de 25 años está grave, internado ya por última vez, muriéndose de cáncer.
Y me hablo internamente, pero no puedo sacarlo de mi mente. 25 años.
Es un desgarro.
Y me acordé de Mario Benedetti en
Memorandum
Uno llegar e incorporarse al día
dos respirar para subir la cuesta
tres no jugarse en una sola apuesta
cuatro escapar a la melancolía.
cinco aprender la nueva geografía
seis no quedarse nunca sin la siesta
siete el futuro no será una fiesta
y ocho no amilanarse todavía.
nueve vaya a saber quien es el fuerte
diez no dejar que la paciencia ceda
once cuidarse de la buena suerte.
Doce guardar la última moneda
trece no tutearse con la muerte
catorce disfrutar mientras se pueda.
3 comentarios:
El maldito cáncer...
Sí Unfor.
Y malditos interéses económicos que emplean más dinero en armamentismo y guerras y poco o nada para la investigación sobre las enfermedades como estas.
Y malditas fuentes de contaminación que a nadie les importa y que son muchas veces el origen de esas enfermedades.
Como el PCV, como el arsénico y otros.
Un abrazo y gracias por comentar Unfor.
Hola amiga. Solo paso pa decirte que te leo aunque a veces no me salgan las palabras.
Se la quiere.
La Sugusana
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