jueves, 11 de noviembre de 2010

¿Darse cuenta o Verdades de perogrullo virtuales ?-

Puede ser que uno se canse de escribir o de bloguear, pero nunca se cansará de ver en qué andan los amigos o los amigos de los amigos.
Recientemente en facebook se me ocurrió que la traducción, no literal obvio, podía se "fisgonear", husmear de muro en muro, para seguir los pasos de aquellos que tenemos como amigos, armando una película virtual y tal vez ficcionando muchísimo sobre sus vidas diarias y sus acontecimientos y sus estados de ánimo.

Amigos con teléfono, celular y mail, y sin embargo, buscamos la devolución de nuestra propia mirada, antes que la comunicación efectiva, real.

¿Qué estará pasando en nuestro cerebro, cómo estaremos remodelando las sinápsis para que, en lugar de querer escuchar las voces de ellos contándo sus realidades, nos conformemos con la nuestra propia, parloteando en nuestra cabeza, describiendo o entrelazando lo que vemos, haciendo el tejido con los dibujos más estrambóticos que si el amigo o la amiga lo supieran pensarían que hay patitos que no suben al tanque?